A menudo me pregunto que habrá sido de la persona que amablemente nos cedió la idea de esta sorprendente y sabrosa receta.
En ocasiones la vida te sorprende con giros inesperados cuando se espera demasiado de determinadas personas y situaciones.
O tal vez cuando se espera lo inesperable, es decir, algo que no se puede esperar, porque jamás ocurrirá. Porque es antinatural esperarlo y porque la solución no es recibir lo que se espera sino sencillamente NO esperar....
En fin, después del trabalenguas inteligible sólo para mi, solamente me faltaría expresar una sencilla reflexión para situaciones complicadas:
Todo acontecimiento doloroso encierra una semilla de crecimiento y liberación (Anthony de Melo)
Espero que en el caso de esta persona haya sido así... creo que con el tiempo podrá darle sentido pleno a esta frase y sin duda agradecerá al Universo que le brindara un desenlace forzoso.
***
La ensalada que presento, es un plato sencillo, fácil, sabroso y sorprendente que no dejará a (casi) nadie indiferente.
La verdad, nunca antes había probado la espinaca cruda en ensalada. Siempre que tomaba espinacas era hervidas, en tortilla o con algún otro condimento, pero siempre "cocinadas", pero a raíz de este "descubrimiento" supe que prefería la espinaca cruda.
Cruda es mucho más suave y fresca, y evitamos el amargor que suele dejar en la lengua cuándo la consumimos cocida.
Además, a mi me parece fantástico el ligero crujir de las hojas, mezclado con el siempre atractivo contraste dulce-salado-ácido.
Ingredientes:
. 1 bolsa de brotes frescos de espinacas (mejor que no sean de las hojas grandes que vienen partidas)
. 1 paquete de queso de cabra tipo rulo (rulos pequeños, tipo snack) o bien un rulo grande por persona
. 1 paquete de carne de membrillo (preferiblemente la que lleva azúcar, no edulcorantes)
Vinagreta de miel
. 1/2 vaso de aceite de oliva virgen
. 1/3 vaso de vinagre de módena o simil
. Una cucharadita de miel
. Un pellizco de sal
. Una pizquita de pimienta recién molida
Preparación: Precalentamos el horno a la máxima potencia 5 minutos antes de preparar la ensalada. Se disponen las hojas de espinacas en el plato o fuente, se esparce el membrillo cortado en daditos y el queso de cabra encima. Metemos la ensalada en el horno para "asustar" un poco las hojas, pero no más de 45 segundos-1 minuto. No se trata de cocer la espinaca, ni de dorar el queso. El queso se calentará y las hojas de espinaca perderán un punto de "crujido", pero sin perder frescura.
Sacamos del horno, aliñamos con la vinagreta previamente preparada mezclando todos los ingredientes (orientativos, la proporción de aceite-vinagre se usará a conveniencia y gusto del consumidor), y servimos inmediatamente.
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