Cuándo tienes hijos valoras sobremanera el poder gandulear un rato entre las sábanas los domingos por la mañana. Jugar en la cama hasta que el cuerpo (o la conciencia) te empujan a levantarte y empezar a hacer cosas ” más productivas”.
Es en ese justo momento -cuándo el hambre pica en la panza y las delicatessen en el pensamiento- que el paladar de una servidora se encapricha de un desayuno rico-rico. En este caso fueron buñuelos.
Y así, entre una cosa y otra, nos sorprenden casi las tres de la tarde sin tener la comida preparada y ni tan siquiera pensada.
En el punto en el que nos encontramos, tenemos 3 opciones, que se valorarán según un criterio indefinido y variable dependiendo del día-estado de ánimo del día en cuestión:
1. Encargar y recoger comida preparada (tipo pollo a l’ast con patatas)
2. Improvisar algo super-improvisado (tipo bocata-con-lo-que-haya-en-la-nevera, dígase jamón envasado al vacío)
3. Y la tercera y última opción (de nuestra baraja, claro) improvisar una comida medianamente decente con los ingredientes que encontremos en la nevera y el congelador. Este es el caso que nos ocupa, y el que voy a describir en más detalle.
Mi receta de fideuà preferida es la de “completa”, es decir, con calamares, langostinos, escamarlanes, etc… todo fresco y comprado a conciencia para la elaboración de la receta.
Pero hay momentos y/o situaciones que no lo permiten y tenemos que conformarnos con una nada despreciable fideuà sencilla o lo que acabo de bautizar cómo fideuà de las tres de la tarde.
Esta fideuà se prepara con un sofrito básico, un pescado blanco (el rape es perfecto, pero la merluza u otro tipo también sirven) y un caldo o fumet de pescado. Es preferible que éste último sea casero pero, si esto no es posible, también cabe la posibilidad de utilizar envasado (caldo de pescado en tetrabrik) o caldo de pescado en pastillas. Aunque, claro, cuándo más natural, más rico…
Otro tema es el de los fideos a emplear: he probado fideuàs con fideo cabellín (el de sopa), fideo más grueso y el grueso con el agujerito en medio. La primera opción es mi favorita, aunque también la más complicada, ya que al ser el fideo tan fino, se cuece enseguida y, si no tenemos cuidado, hay muchos números para que se pase.
Cualquiera de las tres opciones es válida, eso es cuestión de gustos.
Ingredientes (para 2 personas):
1 cebolla pequeña
1 diente de ajo (sin el centro o tallo)
1 pimiento rojo, verde o la mitad de ambos si esto es posible
1 tomate maduro (grandecito, o dos pequeños)
1 trozo de pescado blanco (más o menos 150 grs)
Cuatro puñados masculinos de fideos o cinco femeninos (se calculan unos 2 puñados por cabeza, más uno más por si acaso. Si el que cocina es hombre, al tener las manos más grandes –habitualmente- bastará con 2 puñados)
Aceite de oliva virgen
Para el fumet de pescado:
Los restos de un pescado (cabeza, raspas, etc… de una merluza, un rape,…)
¾ l de agua
1 ramita de apio
1 ramita de perejil
1 trozo de cebolla
1 zanahoria
1 tomate pequeño
Sal
Preparación:
En primer lugar calentamos el horno a unos 200ºC aprox, utilizando la resistencia superior e inferior.
Después preparamos el fumet: Ponemos el agua a hervir y le añadimos todos los ingredientes (restos del pescado, apio, etc. . NOTA: Pedir al pescadero que nos limpie la cabeza para el caldo, es decir, que le retire los ojos, la parte del morro donde están los dientes,…) El fumet deberá estar en el fuego unos 20 minutos, durante este tiempo lo iremos desespumando con la ayuda de una cuchara y podremos ir preparando el sofrito y los fideos.
En una sartén o paellera, echamos unas 4 cucharadas de aceite, calentamos y sofreímos en él los fideos hasta dorar. Los apartamos en un plato, escurriéndolos del aceite sobrante. En la misma sartén o paellera, haremos el sofrito. En el caso de que los fideos hayan empapado mucho aceite, añadimos algo más. Con el aceite caliente, sofreímos la cebolla y el ajo picados finitos, el pimiento a pequeños cuadraditos y cuándo está todo bien sofrito, añadimos el pescado en dados de 1,5 cm aprox., damos unas vueltas y añadimos el tomate rallado. Dejamos cocer el tomate y salpimentamos al gusto.
Añadimos los fideos fritos y damos unas vueltas, con el fuego bajito. Retiramos del fuego y añadimos un poco de fumet, que ya estará preparado, salpimentado y colado para su utilización. Para la cantidad de fideos indicada sería aprox. 250 ml (1 vaso) de fumet de manera inicial. Es preferible echar poco e ir añadiendo más tarde. Para tal fin, dejar el fumet a fuego lento, para que esté caliente, en caso de tener que añadirle a la fideuà.
Revolver los fideos con el líquido y meter en horno, previamente caliente.
Dejar cocer, vigilando que los fideos no se pasen, añadiendo más líquido y removiendo si fuera necesario.
Por nuestra experiencia, el éxito con la fideuà es más tema de paciencia y constancia, que no de medidas exactas, al menos en cuanto a líquido se refiere.
Sacar del horno y acompañar de all-i-oli o mayonesa de ajo.
Espero que os guste esta socorrida opción de fideuà.