Mayolenas (o Magdalenas a partir de la receta del "Mayo cake")

Es probable que la persona que inventó este curioso bizcocho no midiera las consecuencias de tan novedoso experimento culinario. Y es que, de entrada, parece la antítesis ¿qué es eso de elaborar un bizcocho de chocolate partiendo de una mayonesa de huevo? Parece algo excéntrico, casi inconcedible..  Pero no, puedo asegurar que el resultado es un bizcocho consistente, meloso y muy, muy rico.
A mi también me sorprendió esta rara receta... pero lo que más me sorprendió era la cantidad de golosos que hablaban de ella, y muy bien por cierto.
Por otro lado, desde hacía algún tiempo, también me picaba el gusanillo de hacer magdalenas. Nunca había tenido la oportunidad de hacerlas (aunque parezca extraño), y me pareció un buen argumento para fusionar el famoso Mayo Cake con las magdalenas. De esta dispar boda nacen las Mayolenas en su versión rellena de chocolate negro. Todo un lujo para las chocoadicts como yo.



Aunque por la red circulan muchas recetas de diferentes fuentes, yo me inspiré en la que aparece en La cocina de Auro. Paso a describir su preparación:


Ingredientes:


Mayonesa

2 huevos
250 ml de aceite suave
Una pizca de sal
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1 vaso=250 ml
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1 vaso de azúcar
2 vasos de harina
5 cucharadas de cacao (sin azúcar)
1 sobre de levadura
1 vaso de agua
1 cucharada de canela
1 cucharada de esencia de vainilla (opcional)

Relleno:

100 gr de chocolate de cobertura
medio vasito de nata

Preparación:

Encender el horno a 180º.Hacer la mayonesa con los ingredientes especificados y la verter en un cuenco grande. Agregamos los ingredientes secos y finalmente el vaso de agua. Batir todo bien con una batidora de brazo y verter una cucharada de la mezcla en cada uno de los moldes de magdalenas. A continuación preparamos la crema de chocolate calentando éste en el micro (ojo, ir vigilando porque se puede quemar. Yo aconsejo ir comprobando la temperatura) y añadir la nata. Batir bien hasta que el chocolate se una por completo a la nata y quede cremoso.
Vertemos una cucharadita de la crema de chocolate en cada uno de los moldes, encima de la mezcla del bizcocho y, acto seguido vertemos otra cucharada de mezcla de bizcocho encima de la crema de chocolate (cucharada bizcocho-cucharadita crema chocolate-cucharada bizcocho). Meter en el horno y hornear durante unos 20-25 minutos aprox.

El sumum de la jugada sería preparar una cobertura sin añadir nata (100% chocolate tableta) y espolvorear con fideos de chocolate... Yo opté por azúcar glassé. Pensé que la primera opción sería el colmo del fetichismo chocolatil.. y, al fin y al cabo, ¡estoy a dieta! ;)

Sopa de verduras con arroz

El menú de los martes. Un entrante caliente que reconforta el estómago y el ánimo.

De acompañamiento merluza a la plancha con tomatitos cherry rellenos de cebolletas en vinagre.



Ingredientes:

½ cebolla mediana
1 diente de ajo
1 tomate maduro
1/2 zanahoria
un trozo de calabacín
2 ó 3 judías verdes
1/2 puñadito de arroz
Una pizca de orégano
Una cucharada de aceite de oliva virgen
Sal y pimienta al gusto

Preparación:
 
Picar finamente la cebolla y el ajo, y pochar en el aceite caliente. Agregar las verduras limpias y troceadas (también puede utilizarse un puñadito de verduras juliana envasadas para tal fin) y pochar durante 5 minutos. Añadir el tomate, previamente rallado y dejar cocer. Espolvorear el orégano y una pizca de sal (y pimienta, si gusta). Agregar unos 350 ml de agua caliente y, a continuación, el arroz. Dejar cocer unos 15-20 minutos, tiempo suficiente para que las verduras terminen de hacerse y el arroz se cueza. Rectificar de sal y servir.

¿Cuántos caramelos de cereza es capaz de zamparse un único ser humano en 30 segundos?


...Pues no son siete, sino 8... Ver para creer. Esta hazaña sólo puede llevarla a cabo el espécimen en peligro de extinción Vulgaris Gañantis-zampibollitis.
Por este camino no vamos bien... ;)

Fideuà de las tres de la tarde (o fideuà rápida)


Cuándo tienes hijos valoras sobremanera el poder gandulear un rato entre las sábanas los domingos por la mañana. Jugar en la cama hasta que el cuerpo (o la conciencia) te empujan a levantarte y empezar a hacer cosas ” más productivas”.

Es en ese justo momento -cuándo el hambre pica en la panza y las delicatessen en el pensamiento- que el paladar de una servidora se encapricha de un desayuno rico-rico. En este caso fueron buñuelos.

Y así, entre una cosa y otra, nos sorprenden casi las tres de la tarde sin tener la comida preparada y ni tan siquiera pensada.

En el punto en el que nos encontramos, tenemos 3 opciones, que se valorarán según un criterio indefinido y variable dependiendo del día-estado de ánimo del día en cuestión:

1. Encargar y recoger comida preparada (tipo pollo a l’ast con patatas)

2. Improvisar algo super-improvisado (tipo bocata-con-lo-que-haya-en-la-nevera, dígase jamón envasado al vacío)

3. Y la tercera y última opción (de nuestra baraja, claro) improvisar una comida medianamente decente con los ingredientes que encontremos en la nevera y el congelador. Este es el caso que nos ocupa, y el que voy a describir en más detalle.

Mi receta de fideuà preferida es la de “completa”, es decir, con calamares, langostinos, escamarlanes, etc… todo fresco y comprado a conciencia para la elaboración de la receta.

Pero hay momentos y/o situaciones que no lo permiten y tenemos que conformarnos con una nada despreciable fideuà sencilla o lo que acabo de bautizar cómo fideuà de las tres de la tarde.

Esta fideuà se prepara con un sofrito básico, un pescado blanco (el rape es perfecto, pero la merluza u otro tipo también sirven) y un caldo o fumet de pescado. Es preferible que éste último sea casero pero, si esto no es posible, también cabe la posibilidad de utilizar envasado (caldo de pescado en tetrabrik) o caldo de pescado en pastillas. Aunque, claro, cuándo más natural, más rico…

Otro tema es el de los fideos a emplear: he probado fideuàs con fideo cabellín (el de sopa), fideo más grueso y el grueso con el agujerito en medio. La primera opción es mi favorita, aunque también la más complicada, ya que al ser el fideo tan fino, se cuece enseguida y, si no tenemos cuidado, hay muchos números para que se pase.

Cualquiera de las tres opciones es válida, eso es cuestión de gustos.

Ingredientes (para 2 personas):


  • 1 cebolla pequeña

  • 1 diente de ajo (sin el centro o tallo)

  • 1 pimiento rojo, verde o la mitad de ambos si esto es posible

  • 1 tomate maduro (grandecito, o dos pequeños)

  • 1 trozo de pescado blanco (más o menos 150 grs)

  • Cuatro puñados masculinos de fideos o cinco femeninos (se calculan unos 2 puñados por cabeza, más uno más por si acaso. Si el que cocina es hombre, al tener las manos más grandes –habitualmente- bastará con 2 puñados)

  • Aceite de oliva virgen

Para el fumet de pescado:


  • Los restos de un pescado (cabeza, raspas, etc… de una merluza, un rape,…)

  • ¾ l de agua

  • 1 ramita de apio

  • 1 ramita de perejil

  • 1 trozo de cebolla

  • 1 zanahoria

  • 1 tomate pequeño

  • Sal

Preparación:

En primer lugar calentamos el horno a unos 200ºC aprox, utilizando la resistencia superior e inferior.

Después preparamos el fumet: Ponemos el agua a hervir y le añadimos todos los ingredientes (restos del pescado, apio, etc. . NOTA: Pedir al pescadero que nos limpie la cabeza para el caldo, es decir, que le retire los ojos, la parte del morro donde están los dientes,…) El fumet deberá estar en el fuego unos 20 minutos, durante este tiempo lo iremos desespumando con la ayuda de una cuchara y podremos ir preparando el sofrito y los fideos.

En una sartén o paellera, echamos unas 4 cucharadas de aceite, calentamos y sofreímos en él los fideos hasta dorar. Los apartamos en un plato, escurriéndolos del aceite sobrante. En la misma sartén o paellera, haremos el sofrito. En el caso de que los fideos hayan empapado mucho aceite, añadimos algo más. Con el aceite caliente, sofreímos la cebolla y el ajo picados finitos, el pimiento a pequeños cuadraditos y cuándo está todo bien sofrito, añadimos el pescado en dados de 1,5 cm aprox., damos unas vueltas y añadimos el tomate rallado. Dejamos cocer el tomate y salpimentamos al gusto.

Añadimos los fideos fritos y damos unas vueltas, con el fuego bajito. Retiramos del fuego y añadimos un poco de fumet, que ya estará preparado, salpimentado y colado para su utilización. Para la cantidad de fideos indicada sería aprox. 250 ml (1 vaso) de fumet de manera inicial. Es preferible echar poco e ir añadiendo más tarde. Para tal fin, dejar el fumet a fuego lento, para que esté caliente, en caso de tener que añadirle a la fideuà.

Revolver los fideos con el líquido y meter en horno, previamente caliente.

Dejar cocer, vigilando que los fideos no se pasen, añadiendo más líquido y removiendo si fuera necesario.

Por nuestra experiencia, el éxito con la fideuà es más tema de paciencia y constancia, que no de medidas exactas, al menos en cuanto a líquido se refiere.

Sacar del horno y acompañar de all-i-oli o mayonesa de ajo.

Espero que os guste esta socorrida opción de fideuà.

Buñuelos de viento

¡Qué gustazo desayunar buñuelos recién hechos el domingo por la mañana!

Cabe decir que esta era mi segunda incursión en el mundo buñuenil. La primera, aunque con un sabor excelente, no fue digna de mención por falta de cocción: para que el interior del buñuelo quede completamente cocinado y no tenga apariencia de masa “plastelinosa”, se debe dejar freír en abundante aceite no demasiado caliente, y a fuego medio-lento. En caso contrario, el buñuelo se inflará y por fuera quedará doradito, pero el interior quedará crudo.

La receta original, que paso a detallar, está extraída de La cocina paso a paso y yo aporto tres pequeños cambios: a la leche le añado cáscara de naranja (además de la de limón) y un chorrito de anís (lo ideal hubiera sido anís en grano, pero no tenía. Lo dejo para la próxima), y en el aceite de freír los buñuelos previamente frío cáscara de naranja y limón.

Yo preparé la mitad de los ingredientes marcados, y en el caso del huevo (número impar) utilicé 2 huevos enteros y una clara. Salieron unos 18 buñuelos (+o-) de tamaño medio. Cabe decir que sobraron algunos para el café de la tarde, y eso que mi media costilla, como bien se autodefine, es un auténtico gañán-zampa bollos.




Ingredientes (para 4 personas -¡hambrientas!):

200 g de harina

100 g de mantequilla

125 ml de agua

125 ml de leche

5 huevos

La cáscara de un limón

La cáscara de una naranja

1 pellizco de sal

Un chorrito de anís (tipo Marie Brizard)

Aceite de girasol o de oliva suave para freír

Azúcar para rebozar los buñuelos


Preparación:


Poner en una cacerola el agua, la leche, la mantequilla, la sal y las cáscaras del limón y la naranja. Acercar al fuego y calentar durante 2-3 minutos (sin que suba la leche). Retirar las cáscaras.

Tamizar la harina y volcarla de una vez sobre el cazo. Trabajar la masa con el cazo sobre el fuego (bajo) con una cuchara de madera hasta formar una pasta espesa y homogénea.

Retirar el cazo del fuego y dejar enfriar.

Una vez tibia, añadir a la masa el primer huevo. Mezclarlo, revolviendo hasta que se una todo bien. Repetir la operación con los cuatro huevos restantes, de uno en uno.

Calentar el aceite en una sartén honda o cacerola. No debe estar demasiado caliente (tampoco frío ¿eh?). Con una cucharilla de postre ir cogiendo porciones, no demasiado grandes, ya que el buñuelo se hinchará hasta doblar su volumen, y desprenderla con la ayuda del dedo. No saturar la sartén con buñuelos, más vale ir poco a poco. Dejar freír a fuego medio-lento hasta que hayan doblado su volumen y en ese momento, subir el fuego para que se doren un poquito. Sacar del aceite, escurriéndolos, y colocar en un bol con azúcar, rebozándolos en ésta. Emplatar y servir al gusto.

Una de las versiones que más me gustó fue la que acabo de describir, y luego rellenándolos de crema pastelera pero, desayunar un domingo a las 11, puede tener un pase pero hacerlo a las 12 es más un aperitivo que un desayuno y, qué queréis que os diga, a mi el Martini me gusta más con aceitunas… je,je…!! Por este motivo, opté por la nata de bote, ¡y también quedaron geniales!

Tampoco es tan malo estar a dieta ¿no?

Este es el menú de los jueves (por ahora): Ensalada variada -en mi caso lechugas variadas con canónigos, cebolleta y surimi aderezado con aceite y sal- bistec con ajitos laminados y salteados en el jugo de la carne, y acompañamiento de champiñones laminados y salteados con un poco de aceite. En fin, creo que no está nada mal... Por cierto, el pan que aparece en la foto no es simple attrezzo, también es para comer.
Por si esto fuera poco, el "sacrificio" está siendo rentable, ya que esta semana hemos conseguido que la báscula baje -0,6kg... Poco a poco...


Tarta de chocolate y nueces

Uuummm!! Delicious!

Realmente lo preparé antes de empezar la dieta, pero creo que merece la pena explicar su preparación.

La idea la tomé prestada de un restaurante cuya especialidad son la crêpes y algunos platos típicos argentinos. Nunca he llegado a preguntarles los ingredientes ni su preparación (no me atrevo, la verdad), pero mi incondicional insistencia a la hora del postre (¡siempre pido lo mismo!), ha hecho que intuya (creo que con alguna precisión) los sabores y elaboración de los ingredientes.

Mi particular receta de la TARTA DE CHOCOLATE Y NUECES




Ingredientes:

Bizcocho (el típico de "a partes iguales"):
3 huevos
1 vaso de leche
1 vaso de azúcar
1 vaso de aceite de girasol
3 vasos de harina
1 sobre de levadura en polvo
3 cucharadas de cacao puro (el valor del Mercadona es perfecto)
un puñadito de nueces peladas

Relleno
1 bote de dulce de leche espeso (el de la lechera no sirve, es demasiado líquido)
100 grs. de nueces peladas

Cobertura
100 g de chocolate de cobertura (el Nestlé me encanta!)
1/2 vasito de nata para montar
25 grs de mantequilla

Preparación
Primero se elabora el bizcocho. Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente. En un bol hondo batimos bien los huevos con el azúcar, añadimos la leche y después el aceite, batiéndolo todo bien.
Añadimos la harina y la levadura, tamizándolas en un cedazo para que se aireen y se elimine cualquier posible grumo. Mezclamos bien con movimientos envolventes y añadimos el puñadito de nueces, previamente reducidas a gránulos en el mortero o picadora.
Verter la mezcla en un molde redondo untado de mantequilla y hornear el bizcocho hasta que esté cocido (unos 20 min. aprox, a unos 190º. Se comprueba la cocción pinchando un utensilio de metal. Si esté sale limpio, el bizcocho está cocido. Si por el contrario sale con pequeños restos de masa, es sinónimo de que la masa está todavía cruda y debemos dejar cocer el bizcocho un poco más).
Una vez cocido el bizcocho, lo desmoldamos en una rejilla y lo dejamos enfriar.
Partimos el bizcocho por la mitad y lo rellenamos con una buena dosis de dulce de leche y espolvoreamos con el resto de nueces molidas (textura harinosa).
Tapamos la tarta y preparamos la cobertura calentando el chocolate al baño maría, retiramos del calor removiéndolo junto con la nata y la mantequilla, hasta conseguir una mezcla homogénea.
Por último cubrimos el bizcocho con la cobertura de chocolate. Decoramos con medias nueces y... a disfrutar!

De momento, mi favorito. Creo que merece la pena probarlo.

Preparados, listos, yaaaaaa!

Bueno, hubiera estado bien empezar este pequeño y divertido reto con un plato elaboradísimo del que sentirme orgullosa, pero creo que las grandes empresas no van conmigo y empezaré con algo más manejable.

Por la red circulan maravillosas recetas de masa de pizza casera. Sin duda es la opción más apetitosa, pero yo, de momento, opto por la harina preparada para pizza. El resultado no es el mismo, pero sí que es mejor que las bases congeladas.

Espero, poco a poco, ir subiendo el nivel.

MI PIZZA CARBONARA





Ingredientes para 1 super pizza Carbonara para degustar el Saturday Night: 

MASA:

250 grs. de harina preparada para pizza (tipo Mercadona, ya va bien)
125 ml agua templada
2 cucharadas de aceite de oliva virgen
4 grs de sal (1/2 cucharadita de café aprox.)

RELLENO:

1 tomate mediano rallado
2 cebolletas tiernas grandes o 1 cebolla normal mediana
8 champiñones frescos
4 lonchas de bacon
1 bote de nata para cocinar
1 cuchara de queso Emmental
Una pizca de sal
Un chorrito de aceite de oliva
1 nuez de mantequilla
Mozzarella para cubrir


Mi preparación:

Primero preparo la masa. En un bol, mezclo la harina, con la sal y el aceite, y añado el agua. Cuando todos los ingredientes están unidos (más o menos) saco la mezcla del bol, y la amaso sobre una superficie bien limpia y enharinada (con harina normal). Trabajo un poco la masa para que todos los ingredientes se unifiquen y formo una bola que reservaré mientras preparo el relleno, tiempo suficiente para que este tipo de masas suban.

Rallo el tomate y, en un plato, le añado un chorrito de aceite y una pizca de sal. Lavo los champiñones, los seco con un papel de cocina y los corto a láminas. Quito la corteza al bacon y lo parto a trocitos de unos 2cm de ancho. Corto las cebollas en láminas y me reservo una pizca, que picaré muy finita.
Cuándo todos los ingredientes están listos para utilizar, preparo la Carbonara.
En un cazo caliento una nuez de mantequilla,sofrío la pizca de cebolla que reservé y cuándo está doradita (ojo que no se queme, que amargará) le añado el bote de nata. Dejo cocinar un poquito, removiendo, y añado la cucharada de Emmental, deberá quedar con una consistencia cremosa, ni demasiado líquida ni demasido espesa. Si ocurre lo primero podemos desleir una cucharadita de harina en un vasito de leche fria, colar y añadir a la mezcla caliente, sin dejar de remover. Si queda demasiado espesa, simplemente añadir un poco de leche.
Ahora monto la pizza: Estiro bien la masa, con la ayuda de un rodillo, y la coloco en la bandeja del horno, sobre un papel vegetal. Con la ayuda de un pincel pinto la base con el tomate, coloco con cierto orden la cebolla a láminas, los champiñones y el bacon. Baño todo con la crema Carbonara y cubro la pizza con queso Mozzarella.
La mía la horneé unos 15 minutos a fuego fuerte. Primero con calor arriba y abajo, pero cómo no me gusta que el queso esté demasido dorado, a mitad de cocción apago la resistencia de arriba.
Et... voilà! Mi pizza Carbonara casera, a mi manera...

COMENTARIOS:

La de la foto estaba francamente buena. A mi personalmente me gusta mucho más la cebolla tierna, es más suave y no pica tanto cómo la normal. Lo del tomate es cosecha propia, las recetas de pizza Carbonara que he encontrado por la red no lo llevan, pero yo prefiero ponerle, me gusta más.
La falta de huevo en la crema, también cosecha propia. Probablemente sería más apropiado llamarla pizza de crema de leche, o algo por el estilo, pero creo que no soy la única que al pensar en Carbonara piensa en la nata con bacon y champis.
Espero que os guste.

A disfrutar!

De un tiempo a esta parte, y por motivos ajenos a un mal uso de la nevera y su contenido (unos más que otros) este par de cocinillas, de los que me considero fiel portavoz, se ha visto obligado a permanecer en perpetua restricción de exquisiteces culinarias, o lo que es lo mismo: la dieta ha okupado nuestra despensa.

No es, ni mucho menos, mi intención ofender al noble bistec insípido, ni a la socorrida ensalada de bolsa made in Mercabona (por muy reseca que ésta sea).. pero, que queréis que os diga, no sólo de ensaladas y pechugas de pollo vive el hombre.

Con el firme propósito de desterrar el sentimiento de culpa, y con la esperanza de poder reconciliar la dieta adelgazante y las exquisiteces que no cuentan calorías, nos proponemos a secundar el siguiente plan de ataque:

De lunes a viernes (ambos incluidos, of course!) seguiremos al pie de la letra los artículos de nuestra hipocalórica constitución: pechuguitas de pollo, ensaladitas varias, verduritas de todas las formas, estilos y preparaciones, pescadito blanquito,… he dicho ensaladas? disfrutando eso sí, de una preparación lo menos aburrida posible.

…Y de sábado a domingo al mediodía estarán permitidas las delicatessen de las que se encapriche nuestro paladar, o mejor dicho, todas aquellas que seamos capaces de preparar, aunque (cómo diría Esther, nuestra dietista) con sensata moderación.

Y que conste que hablo en plural porque tengo la confianza de que sean cuatro las manos que estén en la masa!

Espero que este experimento sirva para aprender a comer de forma más ordenada, valorando los menús cotidianos sin tener por ello que desterrar el placer de la buena mesa y, sobre todo, disfrutar un poquito de lo que está al alcance de nuestra mano…porque, al fin y al cabo, que es sino la vida??

Bon appétit!