Nos vemos en "Dos a dieta"

Por necesidades del guión, nos vemos obligados a cambiar de estrategia.



Con cierta tristeza, pero también con ilusión por la nueva etapa que nos espera, empezamos una nueva dieta: la dieta híperproteica.

Yo, que tanto he disfrutado saltándome (a la torera) la dieta, ahora me veré obligada a acatar sin concesiones los dictámenes de nuestra nueva "biblia" gastronómica: nada de pasta, pan, azúcar, leche, fruta, ... o lo que es lo mismo, durante las primeras fases solamente podremos ingerir las verduras permitidas, café, infusiones, mucha agua mineral y los sobres y preparados aptos para tal fin... Todo un lujo para el paladar ¿no?

Realmente no lo consideramos una dieta sino un tratamiento médico en toda regla. Sus carencias nutricionales son obvias, de hecho es necesario el control por parte de un doctor durante todo el proceso. Con este panorama, esperamos perder nuestros kilos sobrantes lo antes posible, y así poder empezar a disfrutar cuanto antes de nuestros equilibrados y sabroso menús mediterráneos y, por supuesto, saltarnos la dieta de vez en cuando para degustar algún que otro dulce y plato sabroso.

Buñuelos de plátano



- Y esta semana + 200grs. : (

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Yo pensaba que sobrellevar la dieta sería mucho más sencillo teniendo tiempo libre (por lo de poder comprar todo lo necesario sin necesidad de “improvisar” ante la falta de cualquier alimento, poder preparar los menús, hacer algo de deporte…) pero cuánto me equivocaba.

Parece que cuando dispones de más tiempo libre, la habilidad para gestionarlo disminuye proporcionalmente… al menos en mi caso.

Cuando trabajaba podía organizarme para gestionar y ejecutar mil y una tareas diferentes en un solo día. Ahora me pierdo haciendo listas interminables de cosas que siempre quise hacer y nunca pude, pero que no pasan del papel.

El motivo (o problema, diría yo) es que las metas que me propongo son demasiado ambiciosas y cuando voy a mitad de camino ya estoy agotada de ver el trecho que todavía me falta y acabo desistiendo. Debería proponerme metas más realistas, ir poco a poco, pero no puedo evitar planificar a gran escala aún a sabiendas que fracasaré antes de finalizar.

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Dos semanas después de haber sido informada verbalmente de mi despido, pero sin haber recibido ninguna notificación formal por parte de la empresa, un compañero va y me dice “ Oye, que me he enterado que te marchas…” ¿¿??¡¡¡!!! A lo que yo, intentando templar mi sorpresa, le respondo: “¿Cómo que me marcho? Bueno, claro, me marcho porque me despiden, sino no me marcharía… “ A lo que Mr. Boquillas va y responde “Ahh! Pues a mi el Sr. Jefe X me ha dicho que te marchas tú porque quieres y además la documentación se está gestionando como si así fuera..” Ehhhh??????

En fin… Así vamos…

Resulta que Mr. Jefe sin escrúpulos estaba amañándolo todo para que, de forma muy sutil y casi imperceptible, yo acabara agobiándome y marchándome por decisión propia.

Silencios, ambigüedades, ahora digo… ahora no, ahora suelto un globo sonda, mañana te entrego tu carta de despido.. bueno, la semana que viene…

Por desgracia no era ésta la primera vez que tenía que lidiar en tales plazas, por lo que, aconsejada por una experta y jugando con su misma baraja trucada, conseguí desenmascarar al zorro y conseguí que la situación se normalizara.

Aún sigo sin entender este tipo de actitudes… y más cuándo vienen de parte de alguien con cierto nombre, relacionado a una entidad representativa vinculada a un centro de renombre nacional…

Nunca hay que tener miedo… el miedo nos paraliza, nos hace dudar de nuestras capacidades y cede terreno a este tipo de individuos que están curtidos en la verborrea vacía, el manejo y el engaño.

Afortunadamente yo supe plantar cara a esta víbora sin escrúpulos, pero me consta que antes que yo hubo otras que no tuvieron tanta suerte y desistieron ante la presión.

Estoy convencida que el Universo pondrá algún día a cada uno en el lugar que le corresponde.

En mi caso me consta que ya está siendo así… pero eso es otra historia.


Ingredientes (para unas 30 unidades):
. 3 plátanos
. 100 grs de harina de repostería (con levadura)
. 1 huevo
. 1/2 cucharadita de aceite
. Una pizca de sal
. Aceite de girasol para freír
. Azúcar glas para cubrir

Preparación:

Separar la yema de la clara. Batir la yema con la sal y el aceite. Añadir la harina tamizada y la leche, batir hasta incorporar por completo. Batir la clara a punto de nieve e incorporarla a la masa con movimientos suaves y envolventes.
Cortar los plátanos en rodajas de unos 2 cm de grueso. Ir echándolas en la masa y, con la ayuda de una cuchara, sacarlas del cuenco y freirlas en el aceite caliente.
Freír en pequeñas cantidades, ya que los buñuelos doblarán su volumen. Dar la vuelta, hasta que estén doraditos por ambos lados.
Escurrir sobre papel absorbente, colocar en un plato y espolvorear con el azúcar glas.

Es un desayuno/merienda rápido y bueno. El sabor del plátano frito es delicioso, dulce y muy meloso. De otra forma, el plátano se desmenuzaría pero, al llevar la masa, las rodajas se mantienen dentro de ésta. Recomiendo freír en una cacerola. El aceite se podrá reaprovechar, colándolo. Y el fondo de la cacerola, muy probablemente, quedará un poco negro del azúcar del plátano que se deposita en el fondo.

Pastel bombón de coco



- And the winner isNigano Ni Pierdo por su papel en “Esta semana nos mantenemos”… je, je… mejor así que ganar ¿no? la verdad es que no me he portao demasiado bien…

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Soponcio es lo que por poco no me da a mí esta tarde cuando, estando yo tranquilamente en casa sin marido y sin niña, me llama éste último para informarme que, presa de un arranque de papitis aguda y por no contrariar los deseos de nuestra retoña de dos añitos, le ha comprado ¡una casa! ¿??¡¡!!

Una de juguete, claro está, pero resulta que el caprichito (sin llegar a entrar en el pequeño detalle del precio de tres cifras) ocupa casi la mitad de su dormitorio.

Dado que Álex no es dado a prometer en falso, cuando me ha comentado sobre la nueva adquisición, he pensado que se trataba de un malentendido telefónico, pero al verle entrar en casa con los cuatro costados de color naranja chillón, el tejadito verde y la peque arrastrando una bolsita con las piezas para el montaje y sin parar de repetir “a casita”… en fin… no podía creer lo que estaba viendo.

La cara de Sofía era un poema, igual que la mía al ver el armatoste semi-montado en su ya de por si abarrotada habitación.

Al ver la techumbre colocada… uff!!! Era peor de lo que pensaba…No he sabido si llorar o reir… afortunadamente he optado por lo segundo, pero sin poder evitar un tonillo de reproche… ¿Tan difícil es darse cuenta que en una habitación infantil de 9m2, con su respectiva cama, armario, cajonera, moto, piano, cesta de juguetes….no cabe una casa?

“Te das cuenta, es verde, como los colores del dormitorio…. La ha elegido ella porque esta era la suya” Ehhhh????.... Mejor no comments. Afortunadamente el vendedor es conocido y no pondrá problemas a la devolución, el motivo está claro: “¡¡Si vieras como se ha puesto mi mujer al verla montada!!” En fin, solo espero no causarle ningún trauma a la pequeña Sofía.

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Ingredientes:

- 150 grs de coco rallado

- 150 grs de harina común
- 150 grs de azúcar
- 150 grs de chocolate blanco
- 150 ml de leche (en la receta original es leche de coco -de venta en "El Corte Inglés" y "Bon Preu")
- 1/2 sobre de levadura de repostería
- 3 huevos
- 150 g de mantequilla

Cobertura

- 100 grs chocolate fondant
- 100 ml nata 35% MG
- 30 grs mantequilla









Preparación:

Se separan las yemas y las claras de los huevos y se montan las claras con una pizca de sal. Cuando estén bien montadas, se les añade un tercio del azúcar y se sigue batiendo.

Las yemas se baten bien con el azúcar restante, mientras en el microondas se funde el chocolate blanco con la mantequilla, se deja entibiar y se añade a las yemas. Seguimos batiendo hasta que queda bien integrado en la masa. A continuación se añade la leche.

Se tamiza la harina, se mezcla con el coco rallado y la levadura y se va incorporando poco a poco a la masa.
Cuando este todo bien mezclado se van añadiendo las claras, poco a poco y mezclandolas con movimientos envolventes.
Se pincela un molde con aceite de girasol o mantequilla y se hornear a 175° unos 45-50 minutos.


Desmoldar cuando todavía esté tibio y dejar enfriar por completo. Preparar la cobertura calentando la nata en un cazo. Cuando llegue a ebullición, apartar del fuego y añadir el chocolate troceado y la mantequilla. Mezclar bien y cubrir el bizcocho. Decorar al gusto.

En la receta original, de Las recetas de mamá, la cobertura propuesta está preparada con chocolate blanco, manteca de cacao o mantequilla y coco rallado.
Yo opté por chocolate negro, y el sabor recuerda a los bombones de coco que se consumen en Navidad, pero mucho más fino.
Yo, que no soy para nada fan del coco, tengo que reconocer que quedó buenísimo. Álex que sí lo es lo puntuó con un 9. Y a la pequeña Sofía la tuve que convencer para que soltara el ultimo trocito después de haberse zampado una porción considerable. En fin, todo un éxito. Repetiré seguro.

Muffins de Chocolate (Nigella)


-Y esta semana ¡-700 grs!


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Hablar por hablar…


A veces no deja de sorprenderme la extraordinaria capacidad del ser humano para hacer la puñeta al prójimo. Y aún más, si cabe, el éxito que suelen tener todas aquellas acciones que se emprenden con tal finalidad.

Parece como si desde pequeñitos nos implantaran un microchip (a algunos/as más avanzado que a otros/as) que controla y dirige ciertas actuaciones de la vida cotidiana y como éstas se pueden enfocar en detrimento del bienestar ajeno y, como curiosa consecuencia, el beneficio y la satisfacción propios.

El motivo de mi enrevesada reflexión se haya en el comportamiento de un individuo que no debe tener otra cosa más interesante que hacer que jo.. (jorobar, claro) a los padres y madres que dejan a los niños en la guardería antes de ir al trabajo.

El susodicho cascarrabias que, para más INRI, tiene contactos en la política local, se queja de que a las puertas de la guardería donde acude mi niña se encuentra coches parados en doble fila y que eso le molesta.

Hasta ahí, estamos de acuerdo. Aún siendo yo una de las partes “afectantes”, reconozco que es engorroso y un tanto incivico el citado comportamiento.

Pero la cosa cambia si te enteras que el citado personaje observa la escena mientras camina y desde la prudente distancia que otorga una amplia acera. (¡¡¡????)

Entiendo que, cuando algo te afecta directamente, es decir, cuando algo te ocasiona un perjuicio, una molestia, aunque sea tan solo un pequeño disgusto, que tienes todo el derecho a quejarte… pero aprovecharse de unas supuestas influencias en la policía local para que se castigue a unos padres que no tenemos otra opción para poder dejar a nuestros hijos sin que ello suponga una odisea… en fin, no lo entiendo.

Espero que el susodicho individuo, Mr. Scrooge para los amigos, encuentre satisfacción en esta retorcida e incomprensible actitud porque, a buen seguro, el pobre hombre todavía no ha sabido encontrar algo más constructivo que le reconforte.

Como acto simbólico de buena voluntad, desde aquí le ofrezco una miguita de los deliciosos muffins de chocolate que preparé el fin de semana. A mi el chocolate siempre me reconforta y me levanta el ánimo… ¿quién sabe? Tal vez obrará el milagro...

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Ingredientes (para 12 muffins “rebosantes”):

. 250 grs. harina

. 175 grs. azúcar

. 150 grs. chocolate fondant

. 75 grs. mantequilla, se puede cambiar por 75 gr de aceite

. 250 ml leche entera

. 2 cucharadas soperas de cacao sin azúcar

. 2 huevos

. 1 cucharada sopera de esencia de vainilla líquida
. 1/2 cucharita postre de bicarbonato

. 2 cucharitas de postre de levadura de pastelería
. 1 pizca sal


Preparación:

Precalentar el horno a 200º, poner en la bandeja de los muffins sus correspondientes papeles. Reservar.

En un bol disponer el chocolate a trocitos junto con la mantequilla. Programar el microondas 2 minutos a 750w. Una vez finalizado el tiempo con la ayuda de una espátula remover hasta que nos quede integrado. Reservar.

En otro bol mezclar, harina,azúcar,cacao en polvo sal, levadura,bicarbonato. Mezclar y reservar.

En un bol batir los huevos junto con la leche y la vainilla.

Sin mezclar demasiado verter el bol que contiene los huevos batidos, y seguidamente el del chocolate que teníamos derretido.

Verter en los moldes y hornear durante 15-20 minutos a 175 º.
Fuente: Bocados de cielo

Pastel de playa para Sofía



Después de varios meses de parón bloggero y cambios varios en mi vida, retomo la dieta y con ella la ilusión de aportar mi granito de arena a este proyecto personal.

Han sido meses convulsos, en los que he tenido cosas “más” importantes en las que pensar, y en los que la dieta quedó irremediablemente relegada a un segundo o tercer (o cuarto plano).
Ahora, con la llegada de septiembre, el mes de los buenos propósitos, veo la excusa perfecta para volver a contar mi experiencia y nutrirme de la de otros.

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Este es el pastel que le preparé a Sofía para celebrar su segundo cumpleaños.

Sin lugar a dudas, la playa ha sido para ella el gran descubrimiento del año. No ha parado de repetir “a la playa, a la playa” durante semanas, y todavía aún nos  lo recuerda de vez en cuando… Así que no podía faltar un detalle playero.

La inspiración decorativa me vino visitando el blog francés Amuses Bouche, aunque las recetas de los diferentes ingredientes están cogidas de varios blogs españoles, con retoques personales.



Los ingredientes que se indican son para unas 16 raciones.
 
 




Para el Bizcocho:

9 huevos

300 grs. de harina

300 grs de azúcar

Un sobre de levadura

La ralladura de dos limones

Para el Almíbar:

150 ml agua

150 grs azúcar

Unas gotas de zumo de limón

Un chorrito de whisky (o cualquier otro licor que os guste)

Para la Trufa:

400 ml nata 35% MG (la de repostería)

300 grs chocolate fondant

Para la Crema Pastelera:

500 ml leche

125 grs azúcar

10 grs mantequilla

45 grs maizena

3 yemas de huevo

½ vaina de vainilla

½ ramita de canela

PREPARACIÓN:

Para el bizcocho (aconsejo prepararlo un día antes): Separar las yemas de las claras. Batir las yemas con una tercera parte del azúcar hasta que doble el volumen.

Montar las claras con una pizca de sal y añadir poco a poco el resto del azúcar sin parar de batir.

Añadir suavemente las claras a las yemas, con movimientos envolventes pero sin batir.

Incorporar suavemente la harina y la levadura tamizadas, y la ralladura de limón.

Verter en un molde previamente engrasado y cocer el bizcocho unos 25 minutos a 180ºC.

Apagar el horno cuando transcurra el tiempo de cocción, dejando el bizcocho 5 min. más con la puerta del horno abierta. Sacar del horno, dejar enfriar, desmoldar una vez frío y cortar en 4 discos.

Otra opción sería hornearlo en dos moldes diferentes y cortarlos por la mitad. Ese fue mi caso, ya que no dispongo de moldes tan altos.

Para la trufa (preparar con 24h antelación): Poner la nata en un cazo al fuego, justo cuando arranque a hervir apartar el cazo del fuego y añadir el chocolate troceado. Remover hasta la completa disolución del chocolate y reservar. Una vez frío enfriar en la nevera un día entero.

Para que la trufa quede más esponjosa batir con la batidora de varillas.

Para la crema pastelera: Abrir la vaina de la vainilla y rascar el interior. Reservar junto con la vaina. Poner a fuego lento 375 ml de la leche, el azúcar, la mantequilla, la vaina abierta de la vainilla y “la carne” de la misma, y la canela.

Cuando llegue a ebullición, apartar del fuego y dejar infusionar para que se desprenda todo el sabor de la canela y la vainilla.

En otro cazo poner las yemas, e incorporar lentamente la Maizena. Añadir poco a poco la leche restante (125 ml) removiendo bien para que no queden grumos.

Colar la leche infusionada y añadir a las yemas, llevar a fuego suave y remover con una cuchara hasta que la crema cuaje y quede bien espesa. Es importante que el fuego esté muy suave, porque en caso contrario se corre el riesgo de que la crema se pegue en el fondo del cazo y se queme.

Para el almíbar: Cocer el agua, el azúcar y el limón durante 5 minutos. Fuera del fuego añadir un chorrito de licor (en mi caso fue whisky, pero con brandy o cualquier otro licor también queda muy bien)

Una vez preparados todos los ingredientes, montar la tarta. Bañar el primer piso con un poco de almíbar y untar con un tercio de la trufa. Tapar con la siguiente capa de bizcocho y repetir los pasos previamente descritos pero cambiando la trufa por la crema. Repetir estos pasos hasta cubrir las cuatro capas de bizcocho.

Cerrar la tarta y cubrir los laterales y la parte superior con el resto de la trufa. Refrigerar durante una hora para que los ingredientes se asienten. Sacar de la nevera y decorar al gusto.

En mi caso los laterales son de figuras de chocolate con leche con lluvia de crocanti de almendras (Vahiné) y figuritas de chocolate blanco. Para hacer las figuras se derrite el chocolate, se introduce en un cono de papel vegetal que utilizaremos a modo de manga pastelera, le cortamos la punta y dibujamos las formas que queramos sobre un papel vegetal. También podemos dibujar a lápiz los diseños que queramos y después darle la vuelta al papel vegetal. Aunque, como en mi caso, con utensilios como el Decopen de LÉKUÉ resulta más fácil…



La parte superior la decoré con almendras… y galletas trituras para simular la arena de la playa. Las sandalias están hechas con fondant de nubes… Uff todo un reto!! Pero eso será otra entrada. Aunque bajo mi criterio, mejor que las figuras se hagan en otro tipo de pasta, ya que el fondant de nubes quedó un pelín blando con el calor.

Escalivada en ensalada con atún (en microondas)



Una cena de dieta, aunque no lo parezca.

La escalivada es un plato vegetariano típico catalán que podemos encontrar en la carta de la gran mayoría de restaurantes ("masías") de su geografía. Los principales vegetales que la componen son el pimiento rojo, la berenjena y la cebolla escalivados (asados) tradicionalmente en la parrilla al calor de las brasas.
Es habitual que la presenten con los vegetales cortados a grandes tiras y por separado en el mismo plato. Hay restaurantes que la acompañan con otros ingredientes, como aceitunas negras, anchoas, patata...

En el caso que nos ocupa, y más tratándose de un menú de régimen, se obvian los ingredientes demasiados calóricos o féculas. El atún es una aportación proteica "obligada", pero que casa a la perfección con las verduras asadas.

Es un plato fácilmente caracterizable en pocos minutos utilizando el microondas y un paquete de pimientos asados preparados.
En caso de preparar la escalivada para una jornada festiva no dudaría un ápice en sustituir el atún por unas anchoas de calidad y unas aceitunas negras tipo "Aragón" (de las arrugaditas que se envasan sin líquido). También, obviamente, asando las verduras en el horno ganaremos en sabor.

Ingredientes:

. Un paquete de pimientos asados de calidad
. Una berenjena grande
. Una cebolla grandota
. Un bote de alcachofas en conserva
. Una lata de ventresca de atún en aceite
. Medio vaso de agua
. Un chorrito de aceite virgen extra para cocinar y otro para aliñar
. Una pizca de sal

Preparación:

Cortar la berenjena y la cebolla a daditos y verter en una fuente apta para microondas. Añadir medio vaso de agua, la sal y un chorrito de aceite. Cocinar en el microondas, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla  y la berenjena estén cocidas. Cortar el pimiento asado a daditos y emplatar junto con la mezcla de berenjena y cebolla. Disponer la alcachofa alrededor del plato y el atún encima de la ensalada. Aliñar con el aceite de oliva virgen. Se puede servir tibia o fría.

Tarta de chocolate y Coca-Cola




El mes de marzo ha sido un poco irregular y convulso, tanto a nivel dietético como de inspiración y antojos culinarios.

Han sido unas semanas de altibajos domésticos -más bajos que altos, cabe decir-, de despropósitos alimenticios, y sobre todo de descontrol a todos los niveles.

Así que, con más pena que gloria –aunque sin remordimientos- puedo decir que este mes pasó sin apenas avances con la dieta y sin recetas nuevas en mi haber.

Para complacencia de todos, y más concretamente la mía, diré que me he mantenido sin ganar ni perder.. y esto, hablando de dietas, ya es mucho….

En fin… todavía me resulta curioso hablar de dieta y nuevas recetas… aún me cuesta un pelo asociar ambos conceptos… y eso que el invento es mío!
Para romper un poco el hielo que ha generado este stand by, hablaré de una tarta que me sorprendió muy gratamente: La tarta de Chocolate y Coca-cola.




Dulce sin empalagar, densa pero melosa, provocativa, lasciva… hasta con un punto sexual, me atrevería a afirmar… En definitiva y para resumir todas las sensaciones que provoca en una sola palabra: exquisita. Y por si esto fuera poco, fácil de preparar.

Tan solo le pondría un pero: solamente apta para chocoadicts.

Yo la preparé aprovechando la celebración oficial del inicio de una convivencia, y fue todo un éxito. Solamente recibí un par de peros de alguna maniática al chocolate, pero todavía tengo dudas si esta discrepancia realmente se debió a una intolerancia a tan dulce ingrediente, o tal vez mi pastel ponía en absoluta evidencia al postre comprado en una pastelería... Y es que las comparaciones son odiosas, y más cuándo el anfitrión es tan resultón…

Especial mención y agradecimiento a Food and Cook por tan sabroso y sorprendente descubrimiento. Me quedo con su versión, de la que no realicé ni un solo cambio (algo difícil en mi, cabe decir). 100% perfecta.

Ingredientes:

• 250 gr. de harina con levadura.

• 300 gr. azúcar glasé

• 3 cucharadas bien colmadas de cacao en polvo (tipo Valor)

• 1 cucharadita de bicarbonato sódico

• 250 gr. Mantequilla

• 200 ml. Coca-cola

• 225 ml. Leche entera

• 2 Huevos batidos

• 1 cucharadita de extracto de vainilla

Cobertura:

• 200 gr. chocolate fondant

• 200 ml. nata liquida

• 65 gr. mantequilla

• 1 cucharada de Coca-cola


PREPARACIÓN:

En un cuenco tamizamos la harina, el azúcar, el cacao en polvo y el bicarbonato, mezclamos todos los ingredientes hasta que quede uniforme.

Batimos los huevos y le añadimos la vainilla liquida.


En un cazo vamos derritiendo la mantequilla, a fuego no muy fuerte ya que no debe hervir, y cuando esté liquida añadimos la Coca-cola, la dejamos que se mezcle bien unos minutos, seguidamente añadimos la leche y mezclamos bien unos segundos más, lo retiramos del fuego.

A este respecto, solamente haré una observación: nunca en mi vida había utilizado un taco entero de mantequilla para un solo pastel. El placer que esto me produjo fue realmente indescriptible!

En el cuenco que tenemos la mezcla de harina, añadimos los huevos batidos y la mezcla de mantequilla derretida, removiendo a la vez que lo añadimos. Mezclamos suavemente hasta obtener una masa sin grumos.

Lo echamos en un molde, previamente engrasado y enharinado, y lo introducimos en el horno a 175º durante 1 hora aproximadamente. Esto depende de cada horno, ir mirando con un palillo y cuando no se pegue nada en él, estará listo el pastel.

Cuando esté terminado lo dejamos en el horno unos minutos con la puerta abierta, así no romperemos la cadena de calor. Pasado este tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos reposar, mientras nosotros preparamos la cobertura.

Para preparar la cobertura, derretir el chocolate al baño maría, añadir la nata y la mantequilla, hasta que quede una mezcla homogénea y aromatizar con la cucharada de Coca-cola.

En el momento de preparar esta tarta no disponía de aro metálico de diámetro graduable. Para poner la cobertura con éxito utilicé el invento que detallo a continuación:



Corté un papel vegetal por la mitad, y cada mitad la doblé para aumentar el grosor. Cerré con un poco de celo y unté cada una de las tiras resultantes con un poco de dulce de leche. Pegué las tiras al bizcocho con cuidado de no dejar espacios por donde pudiera colarse la cobertura, y dejando el lado del celo hacia arriba.
Añadimos la cobertura al pastel, que aún estará caliente, y lo dejamos enfriar un rato, sin mover. Cuando la cobertura comience a solidificarse lo metemos en el frigorífico. Desmoldar cuando lo vayamos a servir. Mejor prepararlo de un día para otro: acentúa los sabores.

Ensalada de espinacas con queso de cabra y membrillo


A menudo me pregunto que habrá sido de la persona que amablemente nos cedió la idea de esta sorprendente y sabrosa receta.
En ocasiones la vida te sorprende con giros inesperados cuando se espera demasiado de determinadas personas y situaciones.
O tal vez cuando se espera lo inesperable, es decir, algo que no se puede esperar, porque jamás ocurrirá. Porque es antinatural esperarlo y porque la solución no es recibir lo que se espera sino sencillamente NO esperar....

En fin, después del trabalenguas inteligible sólo para mi, solamente me faltaría expresar una sencilla reflexión para situaciones complicadas:

Todo acontecimiento doloroso encierra una semilla de crecimiento y liberación (Anthony de Melo)

Espero que en el caso de esta persona haya sido así... creo que con el tiempo podrá darle sentido pleno a esta frase y sin duda agradecerá al Universo que le brindara un desenlace forzoso.

***

La ensalada que presento, es un plato sencillo, fácil, sabroso y sorprendente que no dejará a (casi) nadie indiferente.
La verdad, nunca antes había probado la espinaca cruda en ensalada. Siempre que tomaba espinacas era hervidas, en tortilla o con algún otro condimento, pero siempre "cocinadas", pero a raíz de este "descubrimiento" supe que prefería la espinaca cruda.
Cruda es mucho más suave y fresca, y evitamos el amargor que suele dejar en la lengua cuándo la consumimos cocida.
Además, a mi me parece fantástico el ligero crujir de las hojas, mezclado con el siempre atractivo contraste dulce-salado-ácido.

Ingredientes:

. 1 bolsa de brotes frescos de espinacas (mejor que no sean de las hojas grandes que vienen partidas)
. 1 paquete de queso de cabra tipo rulo (rulos pequeños, tipo snack) o bien un rulo grande por persona
. 1 paquete de carne de membrillo (preferiblemente la que lleva azúcar, no edulcorantes)

Vinagreta de miel

. 1/2 vaso de aceite de oliva virgen
. 1/3 vaso de vinagre de módena o simil
. Una cucharadita de miel 
. Un pellizco de sal
. Una pizquita de pimienta recién molida


Preparación: Precalentamos el horno a la máxima potencia 5 minutos antes de preparar la ensalada. Se disponen las hojas de espinacas en el plato o fuente, se esparce el membrillo cortado en daditos y el queso de cabra encima. Metemos la ensalada en el horno para "asustar" un poco las hojas, pero no más de 45 segundos-1 minuto. No se trata de cocer la espinaca, ni de dorar el queso. El queso se calentará y las hojas de espinaca perderán un punto de "crujido", pero sin perder frescura.
Sacamos del horno, aliñamos con la vinagreta previamente preparada mezclando todos los ingredientes (orientativos, la proporción de aceite-vinagre se usará a conveniencia y gusto del consumidor), y servimos inmediatamente.

Pizza de bacon y langostinos

Que mejor estreno para mi panificadora que una auténtica masa de pizza casera.

Para prepararla seguí las instrucciones de la panificadora, con pequeños cambios.



Ingredientes:

MASA (*)
. 250 g de harina de fuerza
. 70 g de harina de maiz (maizena)
. 160 ml agua
. Una cucharada sopera de aceite de oliva virgen
. Una cucharadita de sal (de las de café)
. 8 gramos de levadura fresca (o 2,5 de levadura seca de panadería)
. Una pizca de azúcar

RELLENO
. Un tomate maduro
. Una pizca de orégano
. Una cucharada de aceite de oliva virgen
. Una pizca de sal
. Dos cebolletas tiernas
. Cuatro tiras de bacon ahumado
. 12 colas de langostino congeladas
. Dos bolsas de mozzarella fresca (la que va sumergida en suero)


PREPARACIÓN en PANIFICADORA:

Verter los ingredientes líquidos (reservando 2 cucharadas del agua) y la sal, después la harina y a continuación la levadura, previamente hidratada con las dos cucharadas de agua reservadas (que deberá estar templada, no caliente) y la pizca de azúcar. Se mezcla todo bien (2 cucharadas de agua + pizca de azúcar + levadura) y al cabo de unos segundos (a veces minutos) empezará a crear una ligera espumilla y  pequeñas burbujitas. Esto es síntoma de que la levadura "está viva" y por lo tanto apta para su uso. Es importante que todos los ingredientes esten a temperatura ambiente, y en especial el agua. Ni calientes ni fríos. De lo contrario, es posible que se produzca un buen leudado de la masa.

Escoger en la panificadora el programa apropiado (en mi caso el 6). Después de un ligero amasado+reposo+amasado se produce el leudado de la masa por un periodo de 60 minutos.

(*) Con las cantidades indicadas se pueden preparar 2 pizzas grandes. En mi caso utilicé algo más de 1/3 parte y congelé el resto en 2 partes más. De ahí resultaron pizzas con la masa superfina, pero esto ya es cuestión de gustos.

Estiramos la masa sobre el papel de cocinar, y disponemos los ingredientes.

Rallamos el tomate, añadimos la cucharada de aceite y la pizca de sal y untamos la masa con la mezcla. Colocamos la mozzarella, escurrida y partida en láminas. A continuación colocamos la cebolleta, que previamente habremos picado y pochado con un poquito de aceite. El bacon, sin corteza y cortado a cuadrados, y los langostinos, limpios y sin hielo y cortados por la mitad si son muy grandes. Especiamos con el orégano y metemos a horno fuerte hasta que la masa se dore.

Panificadora Moulinex

Bueno, otra semana con saldo favorable. Más bien superfavorable, porque la báscula ha descendido 1,7kg ¡Todo un récord! Aunque con un poco de trampa, porque realmente esto ha sido debido a ciertos "ajustes" metabólicos que se debían poner al día.
Puede parecer una frivolidad hablar de dieta y, paralelamente de pizzas, pasta con salsa, magdalenas.... y otros tantos manjares que los dietistas no suelen incluir en sus recomendaciones alimenticias para la pérdida de peso.
Habrá personas que vean este contraste como la antítesis, dos conceptos que no se pueden mezclar y, tal vez, de los que habría que hablar por separado.
Al escribir este blog solamente pretendo plasmar nuestra experiencia llevando una alimentación saludable y con cierta restricción durante la semana, y disfrutando algo más durante el fin de semana. La finalidad no es tan sólo que la báscula baje, sino que intentamos que la tónica sea un menú saludable y equilibrado, dejando el "exceso" de grasas y azúcares para ocasiones especiales, como consideramos al fin de semana.
Para nada es nuestra intención promover ningún tipo de extremos dietéticos (los extremos, para casi nada son buenos). Nuestro experimento no se trata en estar a pan y agua durante la semana y cebarnos el sábado y domingo, para luego volver el lunes a pasar hambre... Yo (con todo el respeto al que lo haga), a este comportamiento le pondría un nombre que debería ser mencionado en la consulta de un especialista, y para nada va por ahí el tema.
Bueno, dejando éste punto claro como el agua y aclarando también que PARA NADA pasamos hambre y que si hay restricciones en los menús de nuestra semana laboral es porque antes nos hemos pasado un poco de rosca, y todo esto se ha acumulado donde no debía en forma de sobrepeso moderado, y que para perder más de cinco kilos hay que acudir a la consulta de un dietista o endocrino (como es nuestro caso)... uffff!!! creo que, ahora sí, es momento de hablar de mi nuevo descubrimiento gastronómico.

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Leyendo a La petite boulangère descubrí (digo bien, descubrí, porque era algo que desconocía por completo) que existían electrodomésticos para elaborar pan en casa, dígase panificadoras. Al principio pensé que serían un trasto aparatoso, caro, enorme y difícil de utilizar... ¡cuánto me equivocaba!.
Obviamente, en el mercado se pueden encontrar panificadoras de todos los tamaños y precios, pero yo me estoy refiriendo a esas que se pueden encontrar en las tiendas de electrodomésticos vulgaris y cuestan menos de 100 €.
Total, que de tanto ver exquisitos panes, donuts y bollos la envidia se apoderó de mí y no he parado hasta conseguir una. Cabe decir que la mía ha sido subvencionada por un incauto que me ha dejado prestados 100 eurozados en plena calle (sólo espero que no le fueran imprescindibles, de corazón).



Mi panificadora (qué bien suena) es una Moulinex OW3010 en color negro y plateado. Consta de 10 programas, elección del dorado de la corteza, temporizador, .... En total unas 43 combinaciones posibles.


En fin, que no pude resistir la tentación y al dia siguiente de tener la maquinita me puse a preparar la masa para una pizza...  De este estreno, y a modo de resumir mis primeras impresiones, diré que ésta primera pizza 100% casera ha abierto una puerta a lo desconocido y ha cerrado otra. Creo que a partir de ahora sentiré que cometo sacrilegio al comer pizza congelada (¡¡ahhh, esa que tantas satisfacciones nos dió!!). ¡Bienvenido sea el artilugio!

Spaguetti con atún y langostinos



Ingredientes (para 2 personas):

. Spaguetti para 2 personas (yo lo calculo a ojo, pero en peso serían unos 60-90grs de pasta seca, dependiendo del apetito del comensal)
. Una lata de atún en aceite
. 8 langostinos crudos
. Una lata de tomate en trozos
. Una cebolla pequeña
. Un diente de ajo
. Una pizca generosa de orégano
. Dos cucharadas de aceite de oliva virgen
. Sal

Preparación:

Cocemos los spaguettis al gusto en una olla con abundante agua con una pizca de sal. Escurrimos y enfriamos bajo el agua fría del grifo.
Mientras que los spaguettis se cuecen, vamos preparando la salsa. En una sartén o cacerola, echamos el aceite de oliva, sofreímos la cebolla y el ajo picados finitos. Cuando estén ligeramente dorados, añadimos los langostinos, partidos en tres partes. Damos unas vueltas y agregamos el tomate. Cuándo calculemos que quedan unos 5 minutos para retirar el tomate, añadimos el atún desmigado con la mitad del aceite de la lata. Salpimentamos y sazonamos con el orégano. Mezclamos los spaguetti bien escurridos con la salsa. Se puede acompañar con queso rallado al gusto.

Arroz a la milanesa

Un arroz rápido y rico que se prepara con pocos ingredientes fáciles de encontrar en la nevera. Para nosotros fue todo un descubrimiento porque en un plis-plas tienes una comida decente.




Ingredientes (2 personas):

. 5 puñados de arroz (2 por persona, más uno "por si acaso". Éste último puñado de arroz es optativo. En casa siempre preferimos que sobre, a que falte. Pero bueno, eso es herencia de varias generaciones de antepasados andaluces)
. 1 cebolla pequeña (o mediana si te gusta mucho la cebolla)
. Un puñado de guisantes
. 50 grs de jamón serrano cortado a taquitos
. 50 grs de chorizo cortado a taquitos
. 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
. Queso rallado al gusto

Preparación:

En una olla con abundante agua hirviendo con una pizca de sal, se cuecen el arroz y los guisantes. Los dejamos cocer unos 15 minutos, o hasta que estén en su punto. Después escurrir en un colador y refrescar con agua fría bajo el grifo. Mientras tanto, en una sartén calentamos el aceite y sofreímos la cebolla, picada finita y cuando está un poco doradita (sin llegar nunca a tostarse) agregamos el jamón y el chorizo. Le damos unas vueltas a todo y entonces incorporamos el arroz y los guisantes, previamente cocidos y bien escurridos. Salteamos un par de minutos para que se mezclen bien los sabores y rectificamos de sal. Servimos acompañando de queso rallado (al gusto).

Pizza de atún y pimientos rojos asados


Cómo en la ocasión anterior, la masa de pizza la preparé utilizando harina especial de pizzas, que no necesita un largo proceso para subir (basta con 20 minutos)

Los pasos a seguir para preparar la masa están aquí



Ingredientes del relleno:

Un tomate maduro rallado
Una pizca de sal
Una cucharadita de aceite
Una cebolla o cebolleta cortada en láminas muy finitas
Un puñado de tomate cherry (prefiero los tipo Romántico)
2 envases de mozarella fresca (la redondita que va envasada en su suero)
Una lata de atún o bonito en aceite
Una lata de anchoas en aceite
Tres o cuatro pimientos asados, cortados en tiras
Olivas negras tipo Aragón (de las que son alargadas y arrugaditas)
Una pizca generosa de orégano

Preparación:

Añadir al tomate rallado la sal y la cucharadita de aceite, mezclar y extender sobre la masa. Cortar la mozarella en tiras de 1/2 cm aprox. y extender sobre el tomate. Esparcir la cebolla, las tiras de pimiento, los cherry y el atún (previamente escurrido). Escurrir las anchoas, reservando el aceite, cortar en dos, y esparcir "equitativamente". Colocar las olivas (al gusto) y rociar la pizza con un poquito de aceite de las anchoas y con el orégano. Hornear hasta que la masa esté doradita (aprox. 15 minutos).

Comentarios:

Para ser 100% sincera, diré que la pizza estaba de escándalo pero que, tal vez, me pasé poniéndole ingredientes.
A veces una combinación más sencilla no desmerece en el paladar y propicia saborear mejor los ingredientes por separado. Tal vez la próxima vez prueba alguna de estas combinaciones: Pimiento-cebolla-anchoa-olivas; Pimiento-cebolla-atún-olivas; Cherry-cebolla-anchoa-olivas; por ejemplo...

Ensalada con frutas y vinagreta de miel

Una vez finiquitada la tercera semana de dieta, el balance es positivo. La báscula ha descendido otros 600 grs. y el fin de semana se presenta con infinidad de antojos culinarios. Lástima que el tiempo no dé más de sí y que a veces nos tengamos que ceñir a escasos ratos libres para poder cocinar.
En uno de estos ratos improvisé una ensalada con frutas y vinagreta de miel. Un plato ligero, fresquito y que ejerce de buen entrante para un plato de pasta, pizza, etc...
Las frutas que utilicé fueron kiwi y manzana, pero el aguacate también queda genial. Mi consejo es utilizar las tres frutas. Cada una con una textura y un sabor totalmente diferente a la otra, crean un apetitoso contraste.
La vinagreta de miel le da un punto agridulce que a mi me encanta.



Ingredientes (2 personas):

Ensalada variada (Lechuga Iceberg, Lechuga hoja de Roble, Canónigos,...)
2 kiwis (prefiero el Gold)
1 manzana
1 aguacate
el zumo de medio limón
10 gambas saladas peladas

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Vinagreta de miel:

Un vasito de aceite de oliva virgen extra
Dos vasitos de vinagre de módena
2 cucharadas de miel
Ùna pizca de sal
Una pizca pequeña de pimienta

Preparación:

Disponer las lechugas en el plato o fuente, pelar las frutas y cortar en dados. Rociar la manzana con el limón, para que no se ponga negra.
Preparar la vinagreta de miel: Tener todos los ingredientes a temperatura ambiente. En un cuenco poner la sal y la pimienta, añadir el vinagre y mezclar, añadir la miel (si está muy sólida, templar un poquito en el micro) y mezclar bien, y por último añadir el aceite y mezclar todo bien.
Aliñar la ensalada con la vinagreta y servir.

Mayolenas (o Magdalenas a partir de la receta del "Mayo cake")

Es probable que la persona que inventó este curioso bizcocho no midiera las consecuencias de tan novedoso experimento culinario. Y es que, de entrada, parece la antítesis ¿qué es eso de elaborar un bizcocho de chocolate partiendo de una mayonesa de huevo? Parece algo excéntrico, casi inconcedible..  Pero no, puedo asegurar que el resultado es un bizcocho consistente, meloso y muy, muy rico.
A mi también me sorprendió esta rara receta... pero lo que más me sorprendió era la cantidad de golosos que hablaban de ella, y muy bien por cierto.
Por otro lado, desde hacía algún tiempo, también me picaba el gusanillo de hacer magdalenas. Nunca había tenido la oportunidad de hacerlas (aunque parezca extraño), y me pareció un buen argumento para fusionar el famoso Mayo Cake con las magdalenas. De esta dispar boda nacen las Mayolenas en su versión rellena de chocolate negro. Todo un lujo para las chocoadicts como yo.



Aunque por la red circulan muchas recetas de diferentes fuentes, yo me inspiré en la que aparece en La cocina de Auro. Paso a describir su preparación:


Ingredientes:


Mayonesa

2 huevos
250 ml de aceite suave
Una pizca de sal
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1 vaso=250 ml
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1 vaso de azúcar
2 vasos de harina
5 cucharadas de cacao (sin azúcar)
1 sobre de levadura
1 vaso de agua
1 cucharada de canela
1 cucharada de esencia de vainilla (opcional)

Relleno:

100 gr de chocolate de cobertura
medio vasito de nata

Preparación:

Encender el horno a 180º.Hacer la mayonesa con los ingredientes especificados y la verter en un cuenco grande. Agregamos los ingredientes secos y finalmente el vaso de agua. Batir todo bien con una batidora de brazo y verter una cucharada de la mezcla en cada uno de los moldes de magdalenas. A continuación preparamos la crema de chocolate calentando éste en el micro (ojo, ir vigilando porque se puede quemar. Yo aconsejo ir comprobando la temperatura) y añadir la nata. Batir bien hasta que el chocolate se una por completo a la nata y quede cremoso.
Vertemos una cucharadita de la crema de chocolate en cada uno de los moldes, encima de la mezcla del bizcocho y, acto seguido vertemos otra cucharada de mezcla de bizcocho encima de la crema de chocolate (cucharada bizcocho-cucharadita crema chocolate-cucharada bizcocho). Meter en el horno y hornear durante unos 20-25 minutos aprox.

El sumum de la jugada sería preparar una cobertura sin añadir nata (100% chocolate tableta) y espolvorear con fideos de chocolate... Yo opté por azúcar glassé. Pensé que la primera opción sería el colmo del fetichismo chocolatil.. y, al fin y al cabo, ¡estoy a dieta! ;)

Sopa de verduras con arroz

El menú de los martes. Un entrante caliente que reconforta el estómago y el ánimo.

De acompañamiento merluza a la plancha con tomatitos cherry rellenos de cebolletas en vinagre.



Ingredientes:

½ cebolla mediana
1 diente de ajo
1 tomate maduro
1/2 zanahoria
un trozo de calabacín
2 ó 3 judías verdes
1/2 puñadito de arroz
Una pizca de orégano
Una cucharada de aceite de oliva virgen
Sal y pimienta al gusto

Preparación:
 
Picar finamente la cebolla y el ajo, y pochar en el aceite caliente. Agregar las verduras limpias y troceadas (también puede utilizarse un puñadito de verduras juliana envasadas para tal fin) y pochar durante 5 minutos. Añadir el tomate, previamente rallado y dejar cocer. Espolvorear el orégano y una pizca de sal (y pimienta, si gusta). Agregar unos 350 ml de agua caliente y, a continuación, el arroz. Dejar cocer unos 15-20 minutos, tiempo suficiente para que las verduras terminen de hacerse y el arroz se cueza. Rectificar de sal y servir.

¿Cuántos caramelos de cereza es capaz de zamparse un único ser humano en 30 segundos?


...Pues no son siete, sino 8... Ver para creer. Esta hazaña sólo puede llevarla a cabo el espécimen en peligro de extinción Vulgaris Gañantis-zampibollitis.
Por este camino no vamos bien... ;)

Fideuà de las tres de la tarde (o fideuà rápida)


Cuándo tienes hijos valoras sobremanera el poder gandulear un rato entre las sábanas los domingos por la mañana. Jugar en la cama hasta que el cuerpo (o la conciencia) te empujan a levantarte y empezar a hacer cosas ” más productivas”.

Es en ese justo momento -cuándo el hambre pica en la panza y las delicatessen en el pensamiento- que el paladar de una servidora se encapricha de un desayuno rico-rico. En este caso fueron buñuelos.

Y así, entre una cosa y otra, nos sorprenden casi las tres de la tarde sin tener la comida preparada y ni tan siquiera pensada.

En el punto en el que nos encontramos, tenemos 3 opciones, que se valorarán según un criterio indefinido y variable dependiendo del día-estado de ánimo del día en cuestión:

1. Encargar y recoger comida preparada (tipo pollo a l’ast con patatas)

2. Improvisar algo super-improvisado (tipo bocata-con-lo-que-haya-en-la-nevera, dígase jamón envasado al vacío)

3. Y la tercera y última opción (de nuestra baraja, claro) improvisar una comida medianamente decente con los ingredientes que encontremos en la nevera y el congelador. Este es el caso que nos ocupa, y el que voy a describir en más detalle.

Mi receta de fideuà preferida es la de “completa”, es decir, con calamares, langostinos, escamarlanes, etc… todo fresco y comprado a conciencia para la elaboración de la receta.

Pero hay momentos y/o situaciones que no lo permiten y tenemos que conformarnos con una nada despreciable fideuà sencilla o lo que acabo de bautizar cómo fideuà de las tres de la tarde.

Esta fideuà se prepara con un sofrito básico, un pescado blanco (el rape es perfecto, pero la merluza u otro tipo también sirven) y un caldo o fumet de pescado. Es preferible que éste último sea casero pero, si esto no es posible, también cabe la posibilidad de utilizar envasado (caldo de pescado en tetrabrik) o caldo de pescado en pastillas. Aunque, claro, cuándo más natural, más rico…

Otro tema es el de los fideos a emplear: he probado fideuàs con fideo cabellín (el de sopa), fideo más grueso y el grueso con el agujerito en medio. La primera opción es mi favorita, aunque también la más complicada, ya que al ser el fideo tan fino, se cuece enseguida y, si no tenemos cuidado, hay muchos números para que se pase.

Cualquiera de las tres opciones es válida, eso es cuestión de gustos.

Ingredientes (para 2 personas):


  • 1 cebolla pequeña

  • 1 diente de ajo (sin el centro o tallo)

  • 1 pimiento rojo, verde o la mitad de ambos si esto es posible

  • 1 tomate maduro (grandecito, o dos pequeños)

  • 1 trozo de pescado blanco (más o menos 150 grs)

  • Cuatro puñados masculinos de fideos o cinco femeninos (se calculan unos 2 puñados por cabeza, más uno más por si acaso. Si el que cocina es hombre, al tener las manos más grandes –habitualmente- bastará con 2 puñados)

  • Aceite de oliva virgen

Para el fumet de pescado:


  • Los restos de un pescado (cabeza, raspas, etc… de una merluza, un rape,…)

  • ¾ l de agua

  • 1 ramita de apio

  • 1 ramita de perejil

  • 1 trozo de cebolla

  • 1 zanahoria

  • 1 tomate pequeño

  • Sal

Preparación:

En primer lugar calentamos el horno a unos 200ºC aprox, utilizando la resistencia superior e inferior.

Después preparamos el fumet: Ponemos el agua a hervir y le añadimos todos los ingredientes (restos del pescado, apio, etc. . NOTA: Pedir al pescadero que nos limpie la cabeza para el caldo, es decir, que le retire los ojos, la parte del morro donde están los dientes,…) El fumet deberá estar en el fuego unos 20 minutos, durante este tiempo lo iremos desespumando con la ayuda de una cuchara y podremos ir preparando el sofrito y los fideos.

En una sartén o paellera, echamos unas 4 cucharadas de aceite, calentamos y sofreímos en él los fideos hasta dorar. Los apartamos en un plato, escurriéndolos del aceite sobrante. En la misma sartén o paellera, haremos el sofrito. En el caso de que los fideos hayan empapado mucho aceite, añadimos algo más. Con el aceite caliente, sofreímos la cebolla y el ajo picados finitos, el pimiento a pequeños cuadraditos y cuándo está todo bien sofrito, añadimos el pescado en dados de 1,5 cm aprox., damos unas vueltas y añadimos el tomate rallado. Dejamos cocer el tomate y salpimentamos al gusto.

Añadimos los fideos fritos y damos unas vueltas, con el fuego bajito. Retiramos del fuego y añadimos un poco de fumet, que ya estará preparado, salpimentado y colado para su utilización. Para la cantidad de fideos indicada sería aprox. 250 ml (1 vaso) de fumet de manera inicial. Es preferible echar poco e ir añadiendo más tarde. Para tal fin, dejar el fumet a fuego lento, para que esté caliente, en caso de tener que añadirle a la fideuà.

Revolver los fideos con el líquido y meter en horno, previamente caliente.

Dejar cocer, vigilando que los fideos no se pasen, añadiendo más líquido y removiendo si fuera necesario.

Por nuestra experiencia, el éxito con la fideuà es más tema de paciencia y constancia, que no de medidas exactas, al menos en cuanto a líquido se refiere.

Sacar del horno y acompañar de all-i-oli o mayonesa de ajo.

Espero que os guste esta socorrida opción de fideuà.

Buñuelos de viento

¡Qué gustazo desayunar buñuelos recién hechos el domingo por la mañana!

Cabe decir que esta era mi segunda incursión en el mundo buñuenil. La primera, aunque con un sabor excelente, no fue digna de mención por falta de cocción: para que el interior del buñuelo quede completamente cocinado y no tenga apariencia de masa “plastelinosa”, se debe dejar freír en abundante aceite no demasiado caliente, y a fuego medio-lento. En caso contrario, el buñuelo se inflará y por fuera quedará doradito, pero el interior quedará crudo.

La receta original, que paso a detallar, está extraída de La cocina paso a paso y yo aporto tres pequeños cambios: a la leche le añado cáscara de naranja (además de la de limón) y un chorrito de anís (lo ideal hubiera sido anís en grano, pero no tenía. Lo dejo para la próxima), y en el aceite de freír los buñuelos previamente frío cáscara de naranja y limón.

Yo preparé la mitad de los ingredientes marcados, y en el caso del huevo (número impar) utilicé 2 huevos enteros y una clara. Salieron unos 18 buñuelos (+o-) de tamaño medio. Cabe decir que sobraron algunos para el café de la tarde, y eso que mi media costilla, como bien se autodefine, es un auténtico gañán-zampa bollos.




Ingredientes (para 4 personas -¡hambrientas!):

200 g de harina

100 g de mantequilla

125 ml de agua

125 ml de leche

5 huevos

La cáscara de un limón

La cáscara de una naranja

1 pellizco de sal

Un chorrito de anís (tipo Marie Brizard)

Aceite de girasol o de oliva suave para freír

Azúcar para rebozar los buñuelos


Preparación:


Poner en una cacerola el agua, la leche, la mantequilla, la sal y las cáscaras del limón y la naranja. Acercar al fuego y calentar durante 2-3 minutos (sin que suba la leche). Retirar las cáscaras.

Tamizar la harina y volcarla de una vez sobre el cazo. Trabajar la masa con el cazo sobre el fuego (bajo) con una cuchara de madera hasta formar una pasta espesa y homogénea.

Retirar el cazo del fuego y dejar enfriar.

Una vez tibia, añadir a la masa el primer huevo. Mezclarlo, revolviendo hasta que se una todo bien. Repetir la operación con los cuatro huevos restantes, de uno en uno.

Calentar el aceite en una sartén honda o cacerola. No debe estar demasiado caliente (tampoco frío ¿eh?). Con una cucharilla de postre ir cogiendo porciones, no demasiado grandes, ya que el buñuelo se hinchará hasta doblar su volumen, y desprenderla con la ayuda del dedo. No saturar la sartén con buñuelos, más vale ir poco a poco. Dejar freír a fuego medio-lento hasta que hayan doblado su volumen y en ese momento, subir el fuego para que se doren un poquito. Sacar del aceite, escurriéndolos, y colocar en un bol con azúcar, rebozándolos en ésta. Emplatar y servir al gusto.

Una de las versiones que más me gustó fue la que acabo de describir, y luego rellenándolos de crema pastelera pero, desayunar un domingo a las 11, puede tener un pase pero hacerlo a las 12 es más un aperitivo que un desayuno y, qué queréis que os diga, a mi el Martini me gusta más con aceitunas… je,je…!! Por este motivo, opté por la nata de bote, ¡y también quedaron geniales!